Giselle Mendoza, una estudiante de 22 años creó un proyecto llamado GECO para ayudar a reducir la contaminación ocasionada por residuos plásticos sustituyendo este material por bioplástico a base de residuos de naranja.
El bioplástico es totalmente biodegradable y puede reintegrarse a la tierra de forma natural gracias a los microorganismos de los cítricos que se comen el material, lo cual no ocurre con los plásticos derivados del petróleo que normalmente tardan de 400 a mil años en desintegrarse y, cuando esto ocurre, las partículas no pueden reintegrarse a la tierra y se convierten en contaminantes.
Giselle representará a México en el GSEA (Global Student Enterpreneur Awards), un programa que apoya y premia a proyectos de jóvenes emprendedores, este evento se llevará a cabo en Toronto Canadá en el mes de abril y competirá con más de 50 países por el primer lugar.
Recuperado de: www.entrepreneur.com
El bioplástico es un tipo de plástico que se produce a partir de fuentes renovables y biodegradables, en contraposición a los plásticos convencionales que se derivan principalmente del petróleo u otros recursos no renovables. Estos materiales tienen la capacidad de ser degradados por microorganismos en condiciones específicas, lo que los convierte en una opción más sostenible desde el punto de vista ambiental.
Los bioplásticos pueden provenir de diferentes fuentes naturales, como:
1. Fuentes vegetales: Se pueden obtener a partir de materiales como el almidón de maíz, la caña de azúcar, la remolacha, la celulosa de madera y otros cultivos biodegradables.
2. Fuentes de microorganismos: Algunos bioplásticos son producidos por microorganismos como bacterias o algas, a través de procesos fermentativos.
El principal beneficio del bioplástico radica en su capacidad para reducir la dependencia de los recursos no renovables y disminuir la huella de carbono en comparación con los plásticos tradicionales derivados del petróleo. Además, algunos bioplásticos son biodegradables, lo que significa que pueden descomponerse más rápidamente en el medio ambiente bajo ciertas condiciones, reduciendo el impacto negativo en los ecosistemas.
Es importante mencionar que aunque los bioplásticos tienen ventajas ambientales significativas, no todos son necesariamente biodegradables. Algunos pueden requerir condiciones específicas para degradarse adecuadamente, como altas temperaturas o instalaciones industriales especializadas. Asimismo, el proceso de producción de bioplásticos puede presentar desafíos en términos de disponibilidad de materias primas, costos y escala de producción.
En resumen, el bioplástico es una alternativa más sostenible a los plásticos convencionales, ya que se deriva de fuentes renovables y, en algunos casos, puede ser biodegradable, lo que contribuye a la reducción de la contaminación por plásticos en el medio ambiente.
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